Es cansado; por que normalmente no duerme bien por las
noches y durante el día necesita mucha atención, la vida se ha vuelto una terapia
constante.
Es frustrante; por que en ocasiones miras a los hijos de
otras parejas y te das cuenta que tu hijo simplemente es diferente, además cualquier
tarea se vuelve complicada y retadora. Por otro lado tienes que ingeniártelas para
sacar dinero de algún lado para pagar las terapias, cuando por fin lo has
logrado, te das cuenta que si quieres que tu hijo logre mejores avances
necesitas mas dinero para mas horas de terapia.
Necesitas tiempo; tiempo para investigar, tiempo para
planificar, tiempo para jugar con tus hijos, tiempo para disfrutar de sus
avances, tiempo para llevarlo a la terapia, tiempo para pasar con tus otros hijos, tiempo para
pasar con tu esposa, tiempo para trabajar. Te das cuenta que definitivamente ya
no hay tiempo para descansar, que aquellos fines e semana en los cuales podías
pasar sin hacer nada se fueron… en una situación “normal” tu sabes que en algún
momento regresaran, pero en esta situación simplemente no sabes, por lo que
tienes que lidiar con la incertidumbre; incertidumbre del desarrollo de tu
hijo, incertidumbre de si tendrás los recursos para apoyarlo, incertidumbre de
su futuro y de tu futuro. Realmente es cansado, agotador, frustrante algunas
veces.
Pero a pesar de todo esto, es enriquecedor, es toda una
aventura, es gratificante cuando ves a tu hijo poder decir el “no” y el “si”
con señas, es motivante cuando te das cuenta que ya diferencia los colores uno
del otro, es emocionante cuando lo ves contento por que logro realizar una
tarea que antes no podía realizar. Te das cuenta que tu hijo es un luchador y
por lo tanto tu también debes de serlo, tu debes de ponerlo el ejemplo. Todos
los días hay un nuevo logro, todos los días a pesar de que estas cansado
consigues fuerzas, por que así como el lucha todos lo días, así mismo lo debes
de hacer tu.
Por todo esto le doy gracias a Dios y por qué me ha dado la
oportunidad de ser Padre.